Quédate conmigo.

No puedo prometerte que siempre estaré de buen humor, ni que nunca odiaré el mundo. No puedo decirte que cambiaré, mis despertares siempre serán entre protestas y odiaré el ruído del tráfico. Pero sí te puedo decir que haremos todos los días especiales, en la última fila del cine, en nuestros viajes siderales, que conquistaremos todas las calles, las de todo el país si nos dejan. Puedo decirte con total seguridad que te besaré con más fuerza que nunca cada día que te vea y te estrujaré entre mis brazos. Te susurraré al oído los segundos que nos comimos parando el tiempo, y volveré a besarte, claro. La primera noche, la última, de aquel verano loco en el que conquistemos el mundo. Sal en nuestros labios, en nuestro cuerpo, la primera cez que nos amamos como si pensáramos que el mundo se iba a terminar en ese mismo instante.